Mirar dentro de un acuario es como contemplar las estrellas. Ambos provocan sentimientos de curiosidad y asombro, pero también una temerosa sensación de sobrecogimiento. Uno no puede evitar mirar fijamente y perderse en el mundo que hay al otro lado del cristal. Y, a pesar de ser de nuestro planeta -nuestro planeta azul-, las criaturas de su interior parecen tan extrañas como las que pensamos encontrar en otros lugares del cosmos.
Muchos de nosotros recordamos nuestro primer encuentro con la vida submarina; tal vez fue en una pecera familiar o en una excursión a un acuario. Pero pocos podrían decir que cambió el rumbo de su vida como lo hizo para Guy Stevens, fundador y Director Ejecutivo de The Manta Trust.
Stevens robó su primera pecera cuando tenía 11 años. No, no asaltó la tienda de animales local con un tirachinas, simplemente la cogió de la habitación de su hermana mayor después de que ella la adoptara de una amiga y se aburriera rápidamente de ella. “Era literalmente un tanque diminuto, de un pie por medio pie por medio pie, y aún recuerdo las seis especies que contenía”, explica Stevens.
Siempre le había fascinado el mundo natural, pero adquirir el acuario y la vida en su interior le ayudó a afinar su enfoque. Aunque no se atreve a decir que fuera el principio de una obsesión, pronto se hizo con acuarios cada vez más grandes, consumiendo toda la información que podía sobre las distintas especies y sus hábitats. Muy pronto, los acuarios domésticos, los libros y los documentales no fueron suficientes, quería observar y estudiar a estos animales en libertad.
Mirándoles fijamente a los ojos, tiene la clara sensación de que sienten tanta curiosidad por ti como tú por ellos.
Al salir de la escuela, Stevens obtuvo los diplomas necesarios para trabajar durante un breve periodo en el comercio de peces ornamentales. Los peces ornamentales son los que se mantienen como mascotas o en exhibiciones públicas por su belleza y valor decorativo. “Pasas de tener tres o cuatro peceras en casa a trabajar en una tienda con miles de peceras y eres responsable de todos esos otros peces”, dice. “Pero, al cabo de un tiempo, aprendí que eso no era lo que quería hacer el resto de mi vida, así que cambié de táctica y fui a la universidad”. Allí, Stevens se licenció en biología marina y trabajó en las Maldivas como biólogo marino para los complejos turísticos Four Seasons. “Era básicamente un guía de snorkel glorificado y un divemaster. Era un trabajo increíble, la empresa pagaba por hacer el tipo de cosas que me encantaría hacer en vacaciones. Fue entonces cuando tuve mi primer encuentro con las mantarrayas y me enamoré de ellas”.
De nuevo, aunque sus aventuras en las Maldivas acercaron a Stevens, seguía sin hacer el trabajo altruista con el que soñaba. Empezó a pensar más allá del turismo para encontrar formas de centrarse en la investigación, la ciencia y la conservación. Stevens compartió estas ideas con los mismos complejos turísticos en los que había estado trabajando y les convenció de la necesidad de programas más responsables. Estableciendo sus primeras alianzas, nació el Proyecto Mantarraya de las Maldivas.
“A medida que eso se ampliaba, empecé a colaborar con gente de zonas como México y Hawai, donde había otros amigos de las mantarrayas haciendo lo suyo. Hice viajes a Sri Lanka, donde vi cómo se pescaba a estos animales, lo que empezó a motivarme más en el ámbito de la conservación y me di cuenta de que era necesario encarar una amenaza cada vez mayor para estos animales a escala mundial, y la mejor forma de hacerlo era crear una organización que pudiera formar un paraguas para unir a todas estas personas en lugares dispares con una visión estratégica común y una agenda impulsada por la conservación. Así es como se formó The Manta Trust en 2010″.
Las mantarrayas están amenazadas por actividades humanas como la pesca y el turismo excesivo. Necesitan conservación. Pero también lo están muchas otras, ¿por qué centrarse principalmente en ellas? “Es bastante habitual en la conservación utilizar una especie de megafauna carismática para ayudar a conectar con la gente e impulsar tu mensaje, porque la gente tiende a preocuparse más por las especies que parecen adorables y esponjosas, y puedes utilizarlas para concienciar sobre cuestiones de conservación más amplias”, afirma Stevens. Las mantarrayas no son especialmente adorables ni esponjosas como otras megafaunas carismáticas como los tigres, los pandas y los pingüinos. Pero su tamaño, inteligencia e individualidad las hacen atractivas para los humanos. Cada mantarraya tiene un patrón único de manchas que facilita su seguimiento a lo largo de sus más de cincuenta años de vida. Al mirarlas a los ojos, Stevens describe tener la clara sensación de que sienten tanta curiosidad por ti como tú por ellas.
Todo palidece en comparación con el problema mayor de la crisis climática
Estos rasgos, además de su amabilidad con los humanos, hacen de las mantarrayas un ejemplo ideal para los esfuerzos de conservación más amplios de The Manta Trust, centrados en la protección de los ecosistemas submarinos, el calentamiento de los océanos y, sobre todo, la crisis climática mundial. “Todo palidece en comparación con el problema mayor de la crisis climática”, afirma Stevens. “Y creo que si queremos ver un cambio, necesitamos el mismo nivel de compromiso público y presión de activación sobre los gobiernos que hemos visto durante la pandemia”.
El propio enfoque de Manta Trust se basa en la investigación, la educación y la colaboración. Investigación en la que basar decisiones informadas y eficaces; educación para inspirar y comprometer a la gente con los problemas a los que se enfrentan las mantarrayas y el mundo submarino en general; y colaboración para reunir a individuos, comunidades locales, empresas y gobiernos para trabajar por objetivos comunes.
“La ciencia es importante para informar las conversaciones y los objetivos, pero la ciencia por sí sola no conseguirá nuestros objetivos. Puedes tener todos los datos, pero a menos que haya voluntad política y pública de cambiar las cosas, no podrás hacerlo. Por eso trabajamos con comunidades y gobiernos para llevar las cosas al siguiente nivel. Somos una organización benéfica muy pequeña y no conseguiremos mucho sin colaboración. La conservación marina es muy competitiva porque la financiación es limitada. Hay muchos egos luchando por el mismo dinero y eso tiende a llevar a la competición en lugar de a la colaboración. En última instancia, eso no ayuda a nadie a alcanzar sus objetivos”.
La conservación marina es muy competitiva porque la financiación es limitada
Para financiar sus operaciones, las organizaciones benéficas necesitan dinero. Les guste o no, esto significa a menudo trabajar con socios comerciales. Pero esto no tiene por qué significar concesiones. Stevens explica que una asociación exitosa es la que beneficia a ambas partes.
En algunos casos, las empresas se limitan a entregar un cheque con la esperanza de blanquear ecológicamente unas prácticas que, de otro modo, estarían mal alineadas. “Es un gran reto para todas las organizaciones benéficas. Los socios comerciales son una fuente importante del dinero que necesitamos para funcionar, pero tenemos que tener mucho cuidado de no meternos en la cama con alguien que vaya a degradar nuestra integridad utilizando su asociación con nosotros para salirse con la suya haciendo algo perjudicial. Hemos rechazado dinero muchas veces en el pasado.
El proyecto insignia de The Manta Trust es el Programa Mundial de Conservación de Mobúlidos (Global Mobulid Conservation Programme). Apoyado económicamente por el Fondo para la Conservación de los Tiburones, la Fundación Salvar Nuestros Mares y Salvar Nuestras Especies (Shark Conservation Fund, Save Our Seas Foundation and Save Our Species), el programa une a colaboradores de ideas afines de todo el mundo. La investigación, la educación y la colaboración constituyen la base de tres objetivos clave: cambiar la política para regular el comercio y la pesca, garantizar que los gobiernos y las comunidades locales son capaces de apoyar las medidas de protección y desarrollar un plan quinquenal y una estrategia de financiación para continuar el trabajo. Programas como éste han abierto oportunidades de investigación y desarrollo de talleres educativos. Que, a su vez, han ayudado a informar a los gobiernos y han conducido a la protección nacional de la mantarraya en lugares con algunas de las mayores pesquerías de mobúlidos del mundo, como Perú y Tailandia.
Puedes apoyar sus esfuerzos haciendo un donativo aquí.
En los últimos años, y más aún, meses, resulta fácil mirar al mundo y suponer que estamos condenados. Stevens es plenamente consciente de que vivimos un momento crítico y teme que la crisis climática alcance un punto de inflexión del que no haya retorno. No obstante, afirma que no estaría haciendo este trabajo si no fuera optimista: “Soy de los que ven el vaso medio lleno”.
La clave es tener un plan estratégico a largo plazo que lo una todo
A nivel personal, hay muchas formas de apoyar los objetivos de The Manta Trust. Si alguien quiere interactuar con mantas u otros animales marinos, Stevens recomienda investigar sobre operadores reputados en lugar de ir con el primero o el más barato que encuentre. Para que sea más fácil encontrarlos, busca operadores recomendados o apoyados por organizaciones benéficas. The Manta Trust también tiene una guía Cómo nadar con mantarrayas disponible en 17 idiomas y ofrece a la gente la oportunidad de apoyarles económicamente adoptando una mantarraya.
La propia The Manta Trust ha aprendido numerosas lecciones a lo largo de sus diez años de historia que podrían aplicarse en otros lugares. Stevens explica que una de las más importantes que aprendió la organización desde el principio es que un problema nunca se soluciona del todo: “Si bajas la guardia o si no tienes un plan para continuar con objetivos específicos de investigación o conservación, se puede desperdiciar mucho trabajo, por lo que tener un plan estratégico a largo plazo que lo una todo es clave”.
En última instancia, cree que se trata de reunir a la gente para centrarse no en individuos u organizaciones, sino en objetivos comunes. “No soy el mejor en muchas cosas, pero una de las que se me dan bastante bien y de las que estoy más orgulloso es de conseguir que la gente trabaje unida. Podría enumerar las cosas que hemos conseguido como organización, pero nada de eso sería posible sin todas las personas implicadas. Si muriera mañana, sé que The Manta Trust continuará porque no se trata de ningún individuo, es una organización y el legado del grupo es más importante que el de cualquier figura decorativa”.
mantatrust.org es una mina de oro de información, recursos y consejos. Puedes apoyar a The Manta Trust inmediatamente visitando la página de apoyo, que también incluye información sobre cómo adoptar una mantarraya. Para obtener actualizaciones periódicas, puedes seguirles en todos los canales habituales, incluidos Instagram, Twitter y Facebook.
Photos: The Manta Trust
Last Updated on March 17, 2024 by Editorial Team
